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La historia de una Indefensa Peluda

Queremos compartir con todos la historia de una de nuestras perritas rescatadas, es un cachito más de IndefenS.O.S Peludos.




Somos Pauli y José los padres y suegros de Fran y Pili, respectivamente y os vamos a contar nuestra historia junto a Chica, una de las indefensas peludas.
Tras la muerte de la mascota de la casa, me negué en rotundo a tener otro perro más en casa, la primera entro sin comérmelo ni bebérmelo. Mi hija llevaba pidiendo un perro muchos años y yo siempre se lo negaba, era una cabeza loca y estaba convencida de que el perro iba a ser para su padre y para mi…pero cosas de la vida una noche de reyes, se empezó a oír a un perrito llorar, mi hija ni corta ni perezosa se acerca la ventana y a un señor que pasaba le dijo que si veía al perro que se lo diese a ella…y así entro Laicka en nuestras vidas, entre las dos rejas de la ventana del salón, estuvo diecisiete años con nosotros, hasta que un cáncer se la llevó.
Con esto entenderéis que no quisiese ningún perro más, lo pasamos muy mal, ya que aunque era una perra arisca con la gente con nosotros era el mejor perro del mundo. Un buen día me llamo mi hijo, diciéndome que estaban haciendo una barbacoa en casa y había aparecido un perro y que lo tenían ellos, que era una hembra, de raza bodeguera y que era muy buena. Entre él y su hermana se pusieron de acuerdo para convencer primero a su padre y luego a mí para quedarnos con ella: ”que pobrecita, que es muy buena, que os va a venir genial”. La verdad era que mi marido desde que murió Laicka se le notaba apagado, así que a la semana ya estaba subiendo mi hijo de Sevilla para que se quedase con nosotros. Desde el primer día se adaptó a nosotros y a su sobrina, por esa época mi hija y mi yerno tenían un cachorrito de 3 meses (Quuen), el primer día anduvieron a golpes pero después se hicieron inseparables. Al principio era un perro que no sabía jugar, no sabía recibir caricias, se escapaba, le daban miedo los ruidos fuertes, abría el cubo de la basura, se comía toda la comida de un asalto…. Pero con el paso del tiempo se ha convertido en un perro obediente, fiel, cariñoso, juguetón, vamos que es la joya de la casa. Y sí, tengo que reconocerlo, estoy encantada de tener a Chica, nombre que le puso mi hijo, con nosotros. Y os cuento una anécdota, de toda la vida mi marido cuando ha llamado a nuestra hija se ha referido a ella como la chica, así que imaginaros las risas que nos echamos cuando mi marido llama a Chica y mi hija contesta Qué?....

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