El pequeño Rastis era un caso de los "difíciles", no por su tamaño ni aspecto, sino por su carácter. Es un perrillo tipo caniche, muy mono, aunque cuando llegó a manos de su acogida Isabel estaba un poco feito. Estaba lleno de rastas, por eso su nombre, lleno de nudos, el pobre... En cuanto se peló parecía otro. Pero empezó a aflorar su carácter gruñón y a veces un poco agresivo, típico de perrito pequeño mimado. Nos ofrecieron mandarlo a Madrid donde además de acogerlo lo iban a reeducar, ya que con su carácter no era apto para adopción. Pero cuál fue nuestra sorpresa que al poco de llegar fue adoptado y es un cielo con su nueva familia, nada del carácter que demostró aquí en Sevilla. Nos alegramos mucho por él.
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